KING KONG Y LA BRUJA ZURIÑE II PARTE




[...]y así King Kong que estaba sufriendo la grave crisis económica por haberse inmiscuído en un costoso negocio, pidió a su pequeña muñeca de porcelana que realizase hechizos para poder vivir los dos de ese trabajo, "fifty fifty" le dijo mientras almorzaban. La malvada brujita sonreía al mismo tiempo que analizaba la propuesta. Realizar hechizos no es un trabajo como otro cualquiera, es duro, no siempre se está motivado y sobre todo hay que hacerlos de noche, cuando las víctimas duermen, se desarrollan en un ambiente de crápula y del más arrastrado mal vivir...Kin Kong le estaba pidiendo que fuese su esclava, que sacrificase su pudor, su honor y su propia vida por él, el grandullón dulce y tierno osito de peluche, se había convertido en la bestia que aparentaba ser. Pobre brujita Zuriñe, se salvó gracias a su debilidad y a su falta de audacia, siempre había sido cobarde, y los mismos actos que la estimulaban le producían un terrible espanto. Dentro de aquel mundo vago y extraño, Zuri veía en todo aquello  una cierta idealidad, era una sentimental y en el fondo creía que no servía para nada, mientras que su King Kong era capaz de hablar elegíacamente de la tristeza de la carne y de los burdeles. Al gigante peludo lo que le faltaba de moralidad, le sobraba de carne y vello...(continuará)

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