REFLEXIONES SOBRE EL 8-M

Aún mantengo impresas en mis retinas imágenes del bullicio generado por el movimiento feminista el pasado 8-M. Después de lo visto, la sensación que tengo es la de mujeres que se mueven en masa sin saber muy bien por qué. Yo, como mujer, también he tenido algún que otro encontronazo con hombres machistas y les he plantado cara, pero hay que hacerlo en su debido momento, cuando te humillan o te agreden sea verbal que físicamente. 

No me voy a reunir con un grupo de amigas, pintándome la cara de unos colores que no entiendo muy bien qué significan para proclamar a golpe de chillido lemas que no sé hasta qué punto no son más que eso, lemas sin trascendencia alguna porque siguen muriendo mujeres en una sociedad machista, la brecha salarial entre el hombre y la mujer sigue existiendo, es que no es un problema de machismo, es un problema quizás más de capitalismo que se aprovecha no sólo de mujeres sino también de hombres, ¿a cuántos hombres no les pagan debidamente o incluso las horas extras? ¿los movimientos de los sindicatos son su salvación?

Yo cuando no quiero algo porque no me parece justo, no lo acepto, creo que es la única vía para que pueda cambiar algo, mientras tanto no iremos más allá del 8 de marzo de 1917. Creo que es la fecha a la que el poder de los medios de comunicación quiere volver, ellos tienen un gran dominio, uno de los más fuertes y lo que necesitan es masa a la que mover y manipular hacia una u otra dirección, fotografiar y de la que hablar, muy poco les importa si cambia o no cambia nada. El dolor se alimenta de dolor, el mal quiere mal, si uno chilla y el otro aún más fuerte, no se va a producir ningún cambio sustancial, sino que se creará un círculo vicioso de violencia e incluso surgirán como hongos extremistas de una y otra ideología. Todo esto no significa quedarse impasibles ante las injusticias, sino que se trata de ser ecuánime y no dejarse llevar por las bajas pasiones.  

Opinión de Mercedes Lázaro Puente sobre el 8-M.