PINCELADAS SOBRE LA INMIGRACIÓN, ENTREVISTA A UNA MUJER DEL SENEGAL


Debajo de la piscina del pueblo de Sori, los bañantes y los que queremos aprovechar de la playa estos días de calor sofocante, encontramos la sombra y el frescor tan deseado en las horas en las que el sol demuestra todo su ardor como astro de fuego. 
Una ola de calor asola el mediterráneo y nos cobijamos debajo de la pasarela de la piscina, prestando atención a que no nos caigan gotas de agua de vez en cuando sobre nuestros enseres personales, especialmente los móviles que ya forman parte de uno de nuestros objetos más ansiosamente controlados y buscados. Somos seres digitales. Obviamente es un lugar húmedo puesto que encima hay una piscina y siempre se escapa algo de agua de los que han elegido esa forma de refrescarse. 
Debajo de la pasarela de la piscina también descansan entre enormes bolsas llenas de vestidos exhaustos inmigrantes de piel negra, en su mayoría venidos de Senegal y Nigeria.
El ser humano es un ser sociable por naturaleza y es inexorable no establecer conversación con el vecinoo de toalla. 
En estos difíciles tiempos de sociedad jerárquica, ya sea bajo un sistema comunista o bajo uno capitalista, en la que en la cúspide se sitúan las grandes multinacionales y la alta financiera internacional judía-americana, que involucran a gobiernos y organizaciones no gubernamentales, no controladas y desembocando irremediablemente en corrupción, el pueblo que se va situando dentro de esta estructura piramidal de más a menos, según el grado de adquisición económica de cada uno, hablaba evidentemente de cómo ha cambiado el estilo de vida de cada uno de los que estamos en la posición de abajo desde que en el 2008 se hiciera pública la crisis económica mundial. 
Una mujer negra del Senegal ataviada con un turbante rosa y un amplio vestido rosa pálido trataba de dormir apoyando su cabeza en un gran saco repleto de vestidos que vende ilegalmente en esta zona de la Riviera Ligure. "Hoy he conseguido vender un vestido- nos decía - así que por lo menos tengo para pagar el billete del viaje hasta Campo Ligure, pueblecito de montaña donde vive junto con su marido y dos pequeños hijos. 
"¿Qué problemas asolan al Senegal para que tengáis que huir de vuestro país? ¿Cómo funciona el gobierno? ¿Y la propiedad privada? ¿Hay materias primas?" le pregunté poco a poco mientras iba respondiendo en un lenguaje italiano sin frases bien estructuradas pero perfectamente inteligible. "Allí en Senegal en el sur tenemos tierras muy verdes para cultivar, pero todo está en manos del Estado y de los grandes latifundistas, el resto somos muy pobres y no solo no tenemos acceso económico a adquirir una propiedad privada sino que ni siquiera nos venderían un pedazo de tierra. Al Estado le interesa vender a los grandes latifundistas y a los chinos que nos explotan a los nativos en Senegal para obtener grandes beneficios. Quien más tiene más quiere" Termina diciendo la cansada y gruesa señora que cuando se le pregunta por las guerrillas en su país, por la religión o las ONG prefiere mantenerse en silencio y que sea el sonido del mar el que borre esos conceptos como las olas disipan las huellas de la arena.

Texto: M.L.
Fot: M.L.


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