A TI


No sabía cómo ibas a entrar por la puerta de casa cuando te estaba esperando, suponía que vendrías, y sí al final venías. Yo me movía como un toro lleno de banderillas clavadas y sangrando sin derramar ni una sola gota que manchara las sábanas o pañuelos, vivía a la defensiva, cuando más peligro tiene ese animal porque está atacado, harto de que le hagan daño y se defiende. No te dabas cuenta pero muchos de tus gestos, palabras, incluso tu alto tono de voz, algún que otro puñetazo con tus gruesas manos en la mesa, eran cuchillos hendidos en un espíritu sumamente emotivo y sensible que sufría doblemente, sobre todo por ti, como tú mismo dijiste "el mundo te ha dejado incapacitado para el amor". Frase sin esperanza. 
Tus azules ojos en una mirada desafiante ante un mundo que te lo pone muy difícil, pero como a todos querido, sólo hay que mantener un mínimo equilibrio, a veces me transmitían deseo de mujer pero esa mirada con un cierto punto de falta de cordura, unos ojos seductores pero con una mirada lánguida y triste me desequilibraba las emociones. La mirada es el objetivo de la cámara y la tuya ya no tiene la batería cargada, esa mirada era un tanto agonizante en un presente cargado de demasiado pasado. El color de los ojos, azul del mar, es indiferente para la sensibilidad, el color se puede cambiar con unas simples lentillas de colores, la mirada no, la mirada mata o te llena de vida. 
No me arrepiento de nada de lo que he hecho por ti a cambio de un humor "mal follao" como tú defines al carácter de tu tierra. Ambos sabemos que yo no soy tu divina ensoñación ni tú la persona que dé paz y serenidad a mi alta emotividad. Quizás seamos demasiado iguales y como tú dijiste "los polos iguales se repelen". 
Yo he salido de tu vida porque aquello era una relación destructiva para ambos, y aún me está costando salir, cuando sales del hospital necesitas un tiempo y quizás rehabilitación para reponerte. 
Ahí estuve, a tu lado, no querías que me fuese "por si te pasaba algo", corrigiendo contigo un "posible" éxito, quién sabe. Tenemos la certeza de lo que nunca debiste hacer y quisiste plasmar, quizás ahora el futuro recompense esos errores del pasado y es lo que deseo y espero.

M.L. 

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