CLARA
Clara nació diminuta, 2,100 kg es la cifra que figura en su
ficha de nacimiento, un 20 de abril de 1988, peso que la llevó directamente a
una incubadora que la apartaba ya desde el comienzo de su vida del contacto con
su madre, una separación inexorable desde que con ojos inquietos, vio por
primera vez la luz,” ¡qué pequeñita!”-exclamó la parturienta-aún bajo los
efectos de la epidural, “sí, pero muy lista", replicó la árida enfermera, que ni
siquiera posó un segundo en el regazo de la madre a su recién nacida.
Clara se
sentía enclaustrada y sin los apegos básicos afectivos para entender aquel
nuevo mundo. Mientras su físico se terminó de desarrollar, a los 15 días, por
fin aquella madre que en sus entrañas sin suficientes nutrientes no le puedo dar un desarrollo corporal
adecuado, la estrechó por primera vez contra su pecho, unos senos enjutos como
manantiales secos. Clara no estaba condenada pero su vida había comenzado en
unas condiciones que marcarían su cotidianidad bajo la oscura sombra de la
inestabilidad.
Breve relato. Mercedes Lázaro.
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