LOS RECUERDOS







Los recuerdos en el ya tópico “vivir el hoy, aquí y ahora” pierden valor, pero en el mercado de los sentimientos tienen un altísimo coste emocional. Los recuerdos en definitiva, nos arraigan a un inexorable pasado que no nos tiene por qué encadenar sino hacernos más fuertes, como el árbol se abre camino en la vida a través de sus raíces que emergen de lo más profundo de la tierra, del mismo modo que no tienen por qué condicionar al inexistente futuro. Los recuerdos de hecho, son esa reliquia que muchas veces se encuentra escondida en lo más hondo de nuestro interior, como un vestigio que hay que excavar en los lugares que guardan en sus entrañas una civilización milenaria. 
Los recuerdos te hacen revivir momentos que estaban dormidos en el subconsciente de nuestras mentes que se niega a cerrarlos en el olvido.
Los recuerdos no tienen que formar parte del duro psicoanálisis de Freud, simplemente hay que meterlos en una balanza, donde en un platillo posamos la emoción del corazón y en el otro el entendimiento de la razón. Recordad que quien no recuerda vive en las tinieblas del demente despiste.
Recordad y despertad para sentir que “el hoy, aquí y ahora” tiene también un ayer que debe ser respetado y entendido para construir un futuro equilibrado.
Breve relato sobre los recuerdos.

P.D. Doy las gracias a mi primo Roberto por sus recuerdos.

M.L.


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