REFLEXIONES DE MEDIA NOCHE.


Dando una ojeada a un artículo en el periódico he leído que los trabajadores cada vez más acuden al trabajo bajo los efectos de las anfetaminas, drogas inteligentes que provocan un mayor rendimiento laboral, es decir, los adolescentes se estimulan para durar toda la noche bailando y los empleados para aguantar más las duras horas de trabajo.
Y me pregunto yo, ¿no podemos tomarnos la vida con más calma? ¿porqué hay que durar y durar y durar y durar como si esto fuese el ya mítico anuncio de pilas Duracell? y lo siento por hacer publicidad gratuita. ¿A dónde nos lleva este ritmo de vida frenético, caótico? diré lo que yo infiero: a relaciones interpersonales banales y poco duraderas, a no degustar los pequeños pero intensos placeres terrenales que solo las sensibilidades más agudas consiguen saborear, que sean pequeños grandes placeres no quiere decir que no sean cotidianos, frecuentes, el adjetivo pequeño en este caso no es diminutivo sino que hace referencia a la simplicidad del placer en sí, como el ver amanecer o atardecer, se produce cada día, pero ¿cuántas personas se paran a regodear su vista con este maravilloso milagro natural? diría que muy pocas o solo cuando el amanecer o atardecer es tan bello que llama la atención.
La sociedad es cada vez menos altruista, cada día va más deprisa y creo que ni ella misma sabe dónde va, no se para a pensar que el destino es el mismo para todos, tenemos todos la misma meta, independientemente de la raza, el color, la edad o la religión. Ese destino es único e igual para todos los seres humanos. Pero la sociedad lo olvida, y venga, a dar trabajo a las grandes multinacionales como las industrias farmacéuticas que no piensan en curar sino en paliar para seguir medicando. La verdad es que es un mundo que da bastante rabia que sea tan poco inteligente y sensible, pero sobre todo, poco consciente de lo que realmente se ha venido a hacer aquí. ¿Mala leche? puede, no siempre sienta bien el vasito de leche para dormir. Buenas Noches mundo cruel.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Tienes razón, no sabemos vivir. No somos (o no queremos ser) conscientes de lo efímero de la vida.

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