KING KONG Y LA BRUJA ZURIÑE PARTE III




[...]King Kong tenía un gusto preferente por la cultura mexicana, y solía hacer uso de expresiones como "cielito lindo", "que todo te vaya bonito"; Había sido y era un mujeriego, algo de lo que se jactaba a menudo, y como él era tan sosote y grande, seguramente encontraba a sus amigas mexicanas unas mozas que le cepillaban el pelo con mucho amor.  (Con el debido respeto a las mozas mexicanas). King Kong no conducía, siempre se desplazaba en bicicleta por la ciudad, lo hacía seguramente porque procediendo de la fauna salvaje se encontraba "en su salsa". 
Zuriñe no se acostumbraba a estas expresiones, las percibía como voces lejanas y poco familiares y sospechaba que no era la única receptora de estos halagos con gusto a guacamole. Los días iban pasando y la brujita no se podía quitar de la cabeza aquella propuesta sin escrúpulos de su amado King Kong, por quien empezaba a sentir una aversión irreversible, si hubiese podido le habría roto los frenos de la bicicleta, pero Zuriñe un día le amaba y otro le odiaba. Era incapaz de asesinarlo. Un día, Zuriñe, sufrió una crisis de llanto porque los hechizos eran cosa de ella y no de él, "quiero que seas mi esclava", "me gusta que seas una mujer sometida" le repetía él, y ésto la pobre brujita no se lo podía quitar de la cabeza, le creaba unas emociones espantosas, había encontrado un salvaje y encima se las daba de "altruista", menos mal que no era egoísta...aquel día de crisis de llanto, la bruja que quería convertirse en ángel y dejar el mundo de los hechizos, le dijo lo que realmente pensaba de él a su peludo amado, y éste, no aceptó bien las críticas, craso error que suelen cometer las personas inmaduras y que no saben crecer aprendiendo de sus errores. King Kong creía estar en posesión de la verdad en todo momento y veía a la gente más joven que él inferior, de nuevo, craso error, a King Kong le quedaba aún mucho por aprender, siempre digo que aprendemos hasta el final de nuestros días...(continuará)

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