CALENDARIO


Cuando las hojas del calendario se van acumulando detrás de la página que marca un tiempo presente, quiere decir que ya tenemos a nuestras espaldas casi un año consumido. Los días componen el calendario como las notas musicales una partitura, y de la misma manera, el ritmo no siempre es el mismo. Hay melodías que nos causan agitación, otras que nos conmueven y otras que nos relajan. También hay jornadas que podemos marcar como estresantes, otras ociosas, y otras que pasan por nuestra existencia sin pena ni gloria. 
Ahora estamos en ese período del año en el que se caen las hojas, las de los árboles de hoja caduca, mientras que las de hoja perenne, ahí se quedarán para aguantar las inclemencias del invierno. 
A veces, cuando un día me ha creado una fuerte emoción lo marco en el calendario con una cruz, si ha sido positiva la sensación, la cruz es roja y si ha sido negativa, la cruz es negra. Cuando acaba el año, hago el recuento de cruces rojas y cruces negras y así puedo catalogarlo como año positivo o negativo. 
Si lo hiciese de una forma empática, teniendo en cuenta las emociones que  me generan los factores externos que vienen del día a día social, evidentemente el recuento de cruces negras superaría al de cruces rojas. Pobreza, miseria, corrupción por doquier, inmigrantes que se dejan la vida en el espejismo de un destino inexistente, una generación muy preparada que no puede desarrollar sus capacidades en su país de origen, enfermos afectados por los recortes económicos. Este 2013 no hará falta hacer el recuento el treinta y uno de diciembre, lo que haría falta es que este año se acabase incluso antes de ese día, pero eso no es posible, nuestros calendarios están hechos para que pasemos todas las hojas que tiene, que son doce, y no las podemos arrancar antes de tiempo. 

Comentarios

Entradas populares