EL OTOÑO Y EL SURREALISMO

Tú eras una hoja seca de otoño,
yo era una flor de primavera
frágil, fuerte, que no espera;
la ingenuidad te miró de soslayo
y te vio revolotear sobre el despreocupado
moño de una señora liada 
en una cotidianidad mundanal,
en un día a día banal,
empujada por un presente 
urbano, caótico.
Quiero mi mente ausente 
del día a día,
quiero mi imaginación
activa y revoltosa
en el surrealismo,
como las efímeras hojas
del dorado otoño.



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