REFLEXIONES HIPNÓTICAS

Me sorprenden los puntos más sutiles de la imbecilidad, me inclino a creer que muchos hombres viven con la intención de ver confirmadas alegremente, día por día, sus ideas amargas. En el fondo, pobres mezquinos, no hacen más que controlarse, y juegan con los otros para sentir el juego dentro de ellos mismos.
El no hacer nada predispone a la sociabilidad, quizás por ello el uso de las redes sociales haya crecido tanto.
Descanso una temporada en una ciudad rodeada de viñedos con los brotes recientes, de olivos, de árboles cargados de fruta primeriza y de huertos, con una claridad angelical. Por la noche, el rumor profundo y suave de un riachuelo me recuerda vagamente los murmullos aterciopelados de las fuentes de Génova, que aún muchas veces me hace soñar.
Me despierto, como si acabara de salir de la ducha, empapada en sudor y siempre tengo preparada una segunda camiseta de recambio...
Biarritz es diferente, con sus caseríos, su apellido Echart (o eso creo), Basañez es de un barrio de vicaya.
Sigo hablando, preparo mi sesión de mañana...pero esta vez soñando.

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