SANT JORDI, EL LIBRO Y LA ROSA



















Sí sí sí, soy yo, con algún kilillo de más pero soy yo, no se trata de un minimeteorito caído del cielo en medio de La Rambla en Barcelona. Soy yo repleta de bolsas, pero non confundáis la bolsa de naranjas de la señora que venía de la compra con las mías, especificaré qué llevaba en cada una de ellas, una era la de Construmat, la típica bolsa que parece del pan pero es de una feria, otra una bolsa de plástico normal en la que me entregaron el libro que me compré: Crepuscle, sí infantil ya lo sé. La última bolsa es la mía, un regalo personal, con mis enseres íntimos. Esta foto fue tomada hace un año cuando el sector de la piedra estaba aún agonizando y todavía no había fallecido. Ahora mi trabajo consiste en asistir a funerales, me dirijo a mis clientes pero siempre me contestan que todo está muerto, así es que, la labor diaria ya "huele a muerto". Algunos dicen que "parece que levanta", bueno...seamos optimistas, el boom económico que estábamos viviendo formaba parte del mundo de los sueños, lo que pasa es que de los sueños nos despertamos con un cierto sabor amargo, si el sueño ha sido placentero, nos da fastidio despertarnos y si el sueño ha sido más bien una pesadilla nos despertaremos con el cuerpo bañado en sudor, temblando y con las órbitas de los ojos un tanto desencajadas, un poco como la niña del exorcista. Pero en fín, si el muerto resucita o no, es otro tema. Hoy me gustaría hablar de la diada de Sant Jordi, ese día tan especial en el que se mezcla la cultura con la pasión. Los libros ponen la cultura, las rosas ponen la pasión, es un día dedicado exclusivamente a los libros y las rosas, es una combinación estupenda...diría yo que se podría realizar incluso un combinado con ese nombre: ¡póngame un Sant Jordi! no queda mal, ¿verdad? igual existe y todo y quedo fatal. La fotografía pertenece a la diada de Sant Jordi de 2009, era un día soleado, el cielo completamente despejado, temperatura idónea para disfrutar de cualquier actividad lúdica al aire libre y entre personas que en su mayoría eran sorprendentemente castellanoparlantes, yo paseaba como transportada por una nube espesa, no sentía el cansancio de caminar por els carrers, las imágenes que iba absorbiendo a través del sentido de la vista y que se iban gravando en mi cerebro ahora las voy recordando como flashes del pasado, como si fueran diapositivas, parece incluso que escucho el ruido de la máquina que las reproduce, y ya puestos a imaginar, las pensaré en blanco y negro, para recordar que forman parte del pasado, es una acción acabada dentro de un tiempo también acabado, eso es el pretérito perfecto simple o pasado, no lo podemos modificar ni volver a él, pero podemos condicionar nuestro presente y nuestro futuro aprendiendo de los errores y no volviéndolos a cometer. Por eso, qué mejor que comprarse un libro en un día como hoy para poder encontrarse con uno mismo leyendo, aprendiendo, para poder ser más sabios y tolerantes, y si de paso te tropiezas con un príncipe azul, alto, rubio de ojos azules y con una capacidad de ensueño de convertirse en rana...¡qué mejor que mejor! Seguro que con caballerosidad te ofrecerá una rosa cuya suavidad y perfume recordarás hasta la próxima diada del siguiente año!! FELIÇ DIADA A TOTHOM!!

p.d. dies de llibres i roses

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