LA RAZÓN

Quisiera obedecer a la razón,
harta del llanto que rompe el corazón,
harta del llanto que encharca pulmones sin respiración,
harta del llanto que seca ojos hinchados.
Quisiera obedecer a la razón,

harta del dolor aplastante en un pecho despechado,
harta del miedo,
harta del temor,
harta de incertidumbres y pesadumbres.
Quisiera obedecer a la razón,
quizás, quizás, quizás,
la sangre bombea demasiado mi corazón,
quizás quizás quizás,
mañana volverás,
y si no lo harás,
quizás, quizás, quizás,
me olvidarás.

M.L.

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